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La durabilidad de rodamientos de bolas de contacto angular de dos hileras en los sistemas de transmisión mecánica comienza con una adaptación precisa de la carga. Estos rodamientos están diseñados para soportar cargas combinadas tanto radiales como axiales, pero la relación entre la carga axial y la carga radial afecta directamente su vida útil; la carga axial no debe exceder el 50% de la carga radial según la experiencia de la industria. Para escenarios de transmisión de servicio pesado, es necesario seleccionar modelos estructurales reforzados con más bolas de acero, mientras que las aplicaciones de carga ligera y alta velocidad pueden priorizar diseños estándar para reducir la pérdida por fricción. Además, el análisis del par de vuelco es crucial: cuando el equipo se somete a cargas de par, la capacidad del rodamiento para resistir la deformación determina la estabilidad a largo plazo, razón por la cual se prefieren los diseños de doble fila a los de una sola fila por su rigidez superior.
El ángulo de contacto es un parámetro fundamental que afecta el rendimiento del rodamiento, con tres especificaciones comunes: 15° (tipo C), 25° (tipo AC) y 40° (tipo B). Para transmisiones mecánicas de alta velocidad, como husillos de motor, los rodamientos tipo C con ángulo de contacto de 15° son ideales debido a su pequeño coeficiente de fricción y velocidad límite 1,2-1,5 veces mayor que el tipo AC. Los rodamientos tipo AC con un ángulo de contacto de 25° equilibran la capacidad de carga radial y axial, lo que los hace adecuados para sistemas de transmisión complejos con cargas variables. Para escenarios de transmisión de servicio pesado, como mecanismos de grúa, los rodamientos tipo B con un ángulo de contacto de 40° destacan por su resistencia a la carga axial unidireccional. La clave para la selección radica en hacer coincidir el ángulo de contacto con la dirección de carga dominante y los requisitos de velocidad del sistema de transmisión.
La precarga es un proceso esencial para extender la vida útil de los rodamientos de bolas de contacto angular de dos hileras en aplicaciones de transmisión de precisión. Al eliminar el juego interno, la precarga garantiza un contacto estrecho entre las bolas de acero y las pistas de rodadura, lo que reduce la concentración de tensión local y mejora la uniformidad de la distribución de la fuerza. Esto no sólo mejora la rigidez del sistema sino que también reduce la vibración y el ruido operativos, que son las principales causas del desgaste prematuro. Sin embargo, la magnitud de la precarga requiere un control preciso: una precarga excesiva (p. ej., una interferencia de 0,016 mm) puede reducir la vida útil en un 50 %, mientras que una precarga insuficiente (p. ej., un espacio libre de 0,008 mm) puede reducir la vida útil en un 70 %. Generalmente, las operaciones de alta velocidad requieren una precarga más ligera, mientras que las condiciones de carga pesada a baja velocidad necesitan una precarga más alta, idealmente superando ligeramente la carga de trabajo axial.
La lubricación y el sellado adecuados determinan directamente la vida útil de los rodamientos en la transmisión mecánica. Para rangos de temperatura entre -30 ℃ y 110 ℃, se usa ampliamente grasa inoxidable a base de litio, especialmente para rodamientos sellados que no requieren lubricación adicional durante el servicio. En escenarios de transmisión de alta temperatura o alta velocidad, se prefiere la lubricación con aceite para facilitar la disipación del calor, manteniendo el nivel de aceite entre 1/2 y 2/3 de la mirilla. La selección del sellado debe considerar factores ambientales: las cubiertas antipolvo sin contacto son adecuadas para entornos limpios, mientras que los sellos de goma de contacto brindan una mejor protección contra el polvo y la humedad en condiciones difíciles. Una nota fundamental es evitar mezclar diferentes tipos de lubricantes, ya que esto puede provocar reacciones químicas que degradan el rendimiento de la lubricación.
La instalación correcta es un requisito previo para la durabilidad del rodamiento, con tres configuraciones comunes para rodamientos de bolas de contacto angular de dos hileras: disposiciones espalda con espalda, cara a cara y en tándem. La instalación espalda con espalda (extremos anchos uno frente al otro) mejora la rigidez radial y axial, lo que la hace ideal para sistemas de transmisión que requieren alta resistencia a la deformación. La instalación cara a cara (extremos angostos uno frente al otro) elimina la holgura original mediante la compresión del anillo exterior, adecuada para transmisiones de precisión con requisitos de rigidez moderados. La disposición en tándem (extremos anchos en la misma dirección) comparte cargas axiales pero requiere una instalación emparejada en ambos extremos del eje para lograr estabilidad axial. Además, la coaxialidad de la instalación debe controlarse estrictamente: los ángulos de inclinación excesivos pueden aumentar la tensión adicional y reducir la vida útil.
La selección precisa del grado equilibra el rendimiento y la durabilidad sin sobreespecificaciones innecesarias. Los grados de precisión comunes van desde P0 (propósito general) hasta P2 (ultraprecisión). Para transmisiones mecánicas generales, los grados P0 o P6 son suficientes, mientras que los sistemas de transmisión de alta precisión, como los husillos de máquinas herramienta, requieren grados P5 o superiores para minimizar los errores de descentramiento. Pasar por alto los factores de expansión térmica durante la selección puede provocar una degradación de la precisión; el ajuste de interferencia debe tener en cuenta los cambios dimensionales inducidos por la temperatura. El principio clave es cumplir con los requisitos básicos de transmisión sin buscar una precisión excesivamente alta, lo que puede aumentar la fricción y reducir la vida útil.